En medio del creciente interés por las fuentes de energía sostenibles y las políticas climáticas más estrictas, el hidrógeno ha emergido como una solución clave para la descarbonización de sectores industriales, transporte y generación eléctrica. Particularmente, el mercado latinoamericano de generación de hidrógeno está ganando terreno como un componente estratégico dentro del panorama energético de la región.
En 2024, el mercado alcanzó un valor aproximado de 3,54 GWen (gigavatios equivalentes de energía), y se espera que registre un crecimiento acelerado a una tasa compuesta anual (CAGR) del 12,5% entre 2025 y 2034, proyectándose un valor de 10,23 GWen para 2034. Este crecimiento está respaldado por inversiones públicas y privadas, avances tecnológicos, acuerdos internacionales y la abundancia de recursos renovables en la región.
Panorama Actual del Hidrógeno en América Latina
América Latina cuenta con una ventaja comparativa frente a otras regiones del mundo: sus vastos recursos naturales, especialmente solar y eólica, que permiten la producción competitiva de hidrógeno verde. Países como Chile, Brasil, México, Colombia y Argentina ya han desarrollado hojas de ruta nacionales para fomentar el desarrollo de esta industria emergente.
Por ejemplo:
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Chile ha sido pionero con una ambiciosa estrategia nacional de hidrógeno verde que busca alcanzar 25 GW de capacidad de electrólisis para 2030, con exportaciones proyectadas hacia Asia y Europa.
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Brasil aprovecha su potencial hidroeléctrico y eólico para promover proyectos de hidrógeno verde en el noreste del país.
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México está atrayendo la atención de inversores debido a su proximidad con el mercado estadounidense y su capacidad solar en el norte del país.
Este panorama ofrece una base sólida para el crecimiento del Mercado Latinoamericano de Generación de Hidrógeno, que se posiciona como un eje central en la transición energética regional.
Factores Impulsores del Crecimiento del Mercado
1. Transición Energética y Descarbonización
La presión global por reducir las emisiones de carbono está llevando a los gobiernos y empresas a adoptar tecnologías limpias. El hidrógeno verde, producido mediante electrólisis utilizando energías renovables, se presenta como una alternativa libre de emisiones en industrias intensivas como la siderurgia, la petroquímica y el transporte pesado.
2. Inversiones y Acuerdos Internacionales
Bancos multilaterales de desarrollo, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y agencias como GIZ (Alemania), están destinando fondos a proyectos de hidrógeno en América Latina. Además, acuerdos bilaterales con países europeos y asiáticos fomentan la exportación futura del recurso.
3. Abundancia de Energías Renovables
La geografía latinoamericana es ideal para la producción competitiva de hidrógeno verde gracias a su alta radiación solar y vientos constantes. Esto reduce significativamente el costo nivelado de producción (LCOH), haciéndolo atractivo frente al hidrógeno gris o azul.
4. Desarrollo Tecnológico y Costos Descendentes
Los costos de electrólisis han venido disminuyendo con el avance de tecnologías como los electrolizadores PEM (proton exchange membrane) y los electrolizadores alcalinos. Esto mejora la competitividad del hidrógeno verde frente a combustibles fósiles.
Segmentación del Mercado: Aplicaciones Clave del Hidrógeno en la Región
Industria
El hidrógeno es ampliamente utilizado como materia prima en procesos industriales como el refinado de petróleo, la producción de amoníaco y metanol. Con la reconversión a hidrógeno verde, se logra una reducción sustancial en las emisiones industriales.
Transporte
Proyectos piloto de buses y trenes impulsados por hidrógeno están en marcha en países como Chile y Brasil. En el futuro, se espera que el hidrógeno tenga un rol clave en el transporte de carga y marítimo, donde la electrificación directa es limitada.
Generación y Almacenamiento de Energía
El hidrógeno también puede actuar como vector de almacenamiento energético, permitiendo balancear la intermitencia de la energía eólica y solar. Esto es crucial para sistemas eléctricos que integran altos niveles de renovables.
Exportaciones
Se proyecta que varios países latinoamericanos, especialmente Chile y Brasil, se conviertan en exportadores netos de hidrógeno o sus derivados (como el amoníaco verde), hacia regiones con alta demanda como Europa, Corea del Sur y Japón.
Principales Países Impulsores del Mercado
Chile
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Cuenta con los costos más bajos del mundo para producir hidrógeno verde (US$ 1,50/kg o menos).
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Proyectos de gran escala como Haru Oni en Magallanes están en marcha.
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Meta de producir el hidrógeno verde más barato a nivel mundial para 2030.
Brasil
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Fuerte capacidad de energías renovables (eólica e hidroeléctrica).
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Iniciativas en Ceará y Pernambuco para producir y exportar hidrógeno.
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Incentivos fiscales y regulatorios impulsan el ecosistema.
Colombia
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Estrategia nacional lanzada en 2021.
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Avances regulatorios para facilitar la inversión privada.
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Potencial en las costas del Caribe para producción y exportación.
Desafíos para la Consolidación del Mercado
A pesar de las proyecciones prometedoras, el Mercado Latinoamericano de Generación de Hidrógeno también enfrenta desafíos significativos que deben abordarse:
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Infraestructura limitada: Falta de ductos, plantas de almacenamiento y distribución adaptadas para el hidrógeno.
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Financiamiento: Aunque hay interés, los proyectos de gran escala requieren altos niveles de inversión con riesgos tecnológicos y regulatorios.
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Marco normativo insuficiente: Muchos países carecen de regulaciones específicas sobre seguridad, transporte o incentivos claros para el hidrógeno verde.
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Competencia internacional: Regiones como Europa, Medio Oriente y Australia también buscan liderar el mercado global del hidrógeno.
Perspectivas hacia 2034
El mercado latinoamericano tiene el potencial de transformarse en un actor clave a nivel global si logra superar los retos estructurales y escalar sus proyectos actuales. Se prevé que para 2034, el volumen total de capacidad de generación de hidrógeno en la región alcance 10,23 GWen, lo que marcaría un crecimiento significativo respecto a los niveles de 2024.
Este crecimiento no solo contribuirá a los objetivos de neutralidad de carbono, sino que también generará empleos verdes, atraerá inversión extranjera y posicionará a América Latina como un hub energético sostenible.